Celebramos un plan de Victoria Americano

Celebramos un plan de Victoria Americano

¿Qué relación puede haber entre la historia ancestral del continente americano, un programa estelar y la activación de circuitos electrónicos en el ser-energía que es el hombre?

Ante todo, es bueno saber que en toda nuestra historia ancestral que no es precisamente la que conocemos de manera oficial hay mensajes que se leen a través de la experiencia y de los eventos que subyacen en los pliegues de las leyendas y las crónicas.

Estas emergen a través del tiempo y hoy se muestran con otro rostro, más interesante y digno de ser investigado,
precisamente porque está surgiendo una extraña similitud con hallazgos y estudios a los que no podemos ignorar. Existen antecedentes y pruebas físicas en estos últimos años que dan fe de ello.

La historia que nos han contado y que hemos aceptado y continuamos creyendo, aquella llena de eventos que se mueven entre resultados de las creaciones de los hombres, entre el acierto y el error, pero dormidos a su propia percepción de sí mismos, avala y defiende la soberbia humana que toma en cuenta solamente aquellos eventos que lo dejan como único
hacedor y soberano de sus propios límites y transitoriedad en una sociedad, ahora global.

Seguimos aprendiendo importantes fechas de batallas, auges y ocasos de imperios y gobiernos. Hemos destacado y dadas por únicas respuestas aceptadas oficialmente mediante hechos solo verificables por la escasa capacidad que tenemos de comprensión del Universo y sus leyes. Todo ello sin preguntarse en serio ni indagar respuestas que
subyacen en nuestro interior: ¿Quiénes somos? ¿Qué estamos haciendo aquí? Y ¿hacia dónde vamos? Y por supuesto resolverlas. Este cuestionamiento, que en un principio pareció ser únicamente un postulado filosófico sobre la existencia
del hombre, hoy se abre no solo a la comprensión de esas posibles respuestas, sino que también a la experiencia de la recuperación de potencias hasta hace muy poco, ignoradas. Es el momento en que todo debe ser activado, el pasado y el futuro colapsan en la gran creación de un presente, para manifestar el futuro potencial de un continente hacia su esplendor y lograr convertirse en un ejemplo al mundo. ¿Podremos lograrlo? Entonces se hace necesario comenzar a preguntarse si estamos preparados para responder a esa responsabilidad que parece haber llegado sin consultarnos, pero que de manera ineludible nos corresponde asumir.

¿Profecías ancestrales? ¿Conocimientos iniciáticos? ¿Hallazgos recientes? ¿Designios cósmicos? ¿O sencillamente un proyecto individual y colectivo para un nuevo mundo?

Es la entrega del vínculo con la herencia del ser, aquel aparente secreto guardado en la esencia de los cánones conductuales de las guías espirituales y sociales a través de los tiempos y culturas, hacia la recuperación de su identidad primera, cuando los actos eran patrimonio de los reinos de perfección creadora.

Creo firmemente que si logramos encender nuestro patrón electrónico (luz) que es el principio de nuestra identificación con el modelo original de creación, cuyas claves han estado disponibles al buscador incesante y a la vez ocultas a la
vista ortodoxa, podremos llegar a impulsar nuestro continente hacia la iluminación de la verdad y el correcto actuar, que nos liberará de las cadenas a las que hemos estado auto-sometidos por eones. El Universo está con nosotros.

**Extracto del libro “EL Simbolo final” Fresia Castro.**

Compartir: